Pinceladas sobre psicomotricidad vivenciada relacional
Continuamente utilizo facebook para escribir pequeñas reflexiones, ideas... Pero entiendo que no todos los que me seguís utilizáis esta red social, así que he decidido hacer una recopilación de aquellas pequeñas publicaciones que me parecen interesantes y que me gustaría que pudiérais encontrar con facilidad. A estas entradas voy a llamarlas "Pinceladas sobre" y en este caso voy a compartir las que tratan sobre psicomotricidad vivenciada, relacional.
Esta es mi sala, o lo que los peques de mi entorno conocen como "La sala". Cuando comencé a profundizar en la psicomotricidad vivenciada, pensaba en mi peque y sobrinas y cómo en muchos kilómetros a la redonda no existía ninguna sala de psicomotricidad (para el que no lo sepa, vivimos en un pueblo) Cuando estaba ya cursando el segundo año de la formación de psicomotricista, mi pensamiento continuaba, así que decidí hacer en casa una sala para los peques de la familia.
En la sala encuentran un tiempo, un espacio y unos materiales para el juego, para moverse, para expresar todas sus emociones, para encontrase, para crear... y yo, los acompaño en este camino. 💚💙
Psicomotricidad dirigida y Psicomotricidad vivenciada.
En la psicomotricidad dirigida es el adulto el que establece unos objetivos de antemano y elabora un circuito para que al realizarlo se consigan. Para una clase el circuito es el mismo para todos los niños, es decir, todos deben de pasar por las mismas actividades sea o no su momento; como cada niño es diferente, habrá niños que serán capaces de llevar a cabo las propuestas con soltura y otros que todavía no lo podrán realizar por ellos mismos. Además dependen de la dirección del adulto, los niños hacen lo que el adulto les dice.
La psicomotricidad vivenciada o relacional nace los años 70 de la mano de Lapierre y Aucouturier, ellos ven al niño desde el nacimiento hasta los 7 años como un ser global, tanto en lo motor, como lo afectivo y lo cognitivo. En una sesión de psicomotricidad vivenciada el adulto prepara la sala pero es el niño el que a través del movimiento, del juego libre y espontáneo y de su deseo, el que se expresa psicomotrizmente, avanzando en su desarrollo.
En una sesión de psicomotricidad vivenciada el adulto prepara la sala, pero es el niño el que a través del movimiento, del juego libre y espontáneo y de su deseo, el que se expresa psicomotrizmente, avanzando en su desarrollo.
El psicomotricista no dirige, ni le dice al niño lo que tiene que hacer, cómo hacerlo o en qué orden, sino que le ofrece un espacio, un tiempo y está a la escucha de las necesidades de cada individuo, lo respeta y le hace evolucionar teniendo en cuenta la individualidad, que cada uno tiene un ritmo diferente y por lo tanto tendrá unas necesidades diferentes.
Saltar al vacío no es cualquier cosa, este tipo de salto aparece cuando ya ha jugado muchas veces a caerse (en el mismo plano, sobre las colchonetas...) cuando saltan al vacío pierden por unos instantes todos sus apoyos y las referencias espaciales y nos manifiestan su poder y el placer de ellos mismos.
En las sesiones de psicomotricidad VIVENCIADA, relacional, como sabéis no se impone lo que tienen que hacer sino que sale de su deseo, necesidad y posibilidad, así lo que viven y vivencian es real y junto al saber hacer del psicomotricista, les permite evolucionar.
¿La psicomotricidad vivenciada es sólo para niños con dificultades?
No, la psicomotricidad relacional favorece la actividad natural del niño en los 6, 7 primeros años, es decir, el movimiento y el juego; por lo tanto favorece el desarrollo natural de todos los niños.
En la psicomotricidad se entiende al niño como una globalidad: lo motor, lo cognitivo y lo afectivo, son igualmente importantes, no se parcela al niño, sino que, cuando el niño juega, pone en acción todas sus áreas.
En las sesiones de psicomotricidad, el psicomotricista acompaña a cada peque y favorece precisamente ese desarrollo global, respetando la individualidad de cada uno, aceptando a cada uno tal cuál es.
En la psicomotricidad se entiende al niño como una globalidad: lo motor, lo cognitivo y lo afectivo, son igualmente importantes, no se parcela al niño, sino que, cuando el niño juega, pone en acción todas sus áreas.
En las sesiones de psicomotricidad, el psicomotricista acompaña a cada peque y favorece precisamente ese desarrollo global, respetando la individualidad de cada uno, aceptando a cada uno tal cuál es.
"¡Mira, mido como la puerta de la sala!"
Durante los primeros años, es el propio cuerpo el que utilizan como referencia para medir y conocer el tamaño de los objetos.
La vivencia con el cuerpo es fundamental para poder asentar los aprendizajes futuros.
La vivencia con el cuerpo es fundamental para poder asentar los aprendizajes futuros.
Las sesiones de psicomotricidad relacional con niños y niñas "mayores" (+3) suelo finalizarlas con el dibujo.
El dibujo es un medio de expresión, de comunicación, de creación... los trazos expresan emociones, los dibujos representan vivencias, historias, deseos, miedos... y les permite ir tomando distancia desde lo corporal vivido en la sala hacia otros puntos de vista, colocándose fuera del dibujo, favoreciendo la entrada en el siguiente estadio, el de las operaciones concretas.
Algunos de los materiales que ofrezco en la sala de psicomotricidad.
Así está quedando la sala de psicomotricidad de Alcañiz para comenzar con los grupos.
Actualmente mis grupos de psicomotricidad son en Alcañiz Y en La Puebla de Híjar (Teruel)
Observar, jugar, pensar, descubrir
Momentos de la sala de psicomotricidad
En la sala de psicomotricidad no sólo hay módulos...
Los niños y niñas son una globalidad por lo que carecería de sentido ofrecer sólo materiales que favorecieran el movimiento, en la psicomotricidad relacional se favorecen todos los aspectos del desarrollo, por eso se ofrecen diferentes materiales adecuados al momento en el que se encuentran.
En las sesiones con peques de 3 - 6 años (y más) por ejemplo, suelen ofrecerse piezas de construcción, muchas veces, después de jugar en la sala con todo su cuerpo, de vivir en primera persona su juego, de forma espontánea, comienzan a representarlo con estos materiales, lo que significa que son capaces de cambiar de perspectiva, pasar de ser los actores a ser los narradores, se expresan desde otro punto de vista, representan sus acciones y eso, significa que se van descentrado, que van madurando, que van conquistando el estadio de las operaciones concretas, que van comenzando a estar preparados para conquistar los aprendizajes escolares... pero para ello, hay que jugar mucho, hay que vivenciar.
La psicomotricidad relacional no es para niños que tienen dificultades, la psicomotricidad relacional es una mirada hacia la infancia y sus necesidades, una mirada que entiende que cada niño y niña es único, que respeta a cada uno tal cual es (no como al adulto le gustaría que fuera). La psicomotricidad ofrece un acompañamiento personalizado en todas las áreas del desarrollo. La sala no es un espacio donde ir a moverse y saltar... es un espacio y un tiempo para el juego, porque los niños y las niñas se desarrollan en todos sus aspectos jugando libremente.
En la sala se mueven y descubren las posibilidades y limitaciones de su cuerpo; a través del juego también vivencian conceptos, descubren, prueban, y adquieren aprendizajes; expresan jugando sus preocupaciones, sus miedos, situaciones vividas y las van comprendiendo; se relacionan, surgen amistades y también conflictos y aprenden a solucionarlos, adquieren herramientas para hacerlo de una forma respetuosa...
Por lo tanto, en la psicomotricidad, la psicomotricista acompaña durante los primeros años el desarrollo de cada niño y cada niña, tenga o no dificultades, porque su mirada no es la de que todos los niños son iguales, sino la de que todos son diferentes, y todos necesitan jugar.
Una trampa...
Tiempo para inventar, para dar diferentes usos a los objetos, para planificar, para probar, para volverlo a intentar...
Momentos de la sala de psicomotricidad
Una sesión de psicomotricidad relacional es un tiempo y un espacio para que los niños y niñas jueguen, se muevan y vivencien partiendo de sus necesidades internas, de su deseo, bajo el acompañamiento de la psicomotricista. Por eso a simple vista, una sesión de psicomotricidad puede parecer que sólo son niños jugando y moviéndose en un espacio con unos materiales, pero a través de ese juego y de ese movimiento, se favorece el desarrollo natural del niño y de la niña.
¡¡construyendo y conquistando la altura!!
Imagen de una sesión con niños y niñas de los primeros cursos de primaria. Qué importante es el juego libre y qué lástima que tenga tan poco tiempo y espacio cuando los niños y niñas llegan a primaria.
Estas son algunas de las pinceladas sobre psicomotricidad que he ido escribiendo en mi página de facebook, os recuerdo que también podéis seguirme por Instagram y en el canal de YouTube, aprovechó para dejaros un enlace a mi curso de Escuela Bitácoras en el que profundizo en el tema de las provocaciones y el juego como herramienta de aprendizaje.
Laura Estremera Bayod