Cilindros de sonido DIY

Los cilindros de sonido son un material del área sensorial del método Montessori, se utilizan en “casa de niños”, es decir, entre los 3 y los 6 años.
Nosotros tenemos dos versiones  caseras para utilizar en clase con los niños de 2 a 3 años, una que utilizamos bajo supervisión y otra que puede estar al alcance de los niños pequeños.


Bajo mi punto de vista trabajar la discriminación auditiva es muy importante para el lenguaje y precisamente  con los cilindros es una forma de hacerlo.

¿Alguna vez alguien os ha hablado y lo habéis oído perfectamente pero no lo habéis entendido? Es decir, habéis oído que os hablaban pero no habéis sido capaces de descifrar sus palabras. Si lo pensamos, no es tan inusual que ocurra, a ello solemos responder con un ¿perdona?, ¿qué?... Pues esto es precisamente de lo que se encarga la DISCRIMINACIÓN AUDITIVA.

Para los niños, mientras están aprendiendo el lenguaje, la discriminación auditiva cobra gran importancia porque primero tienen que discriminar los fonemas para después aprender a emitirlos (de esto depende la maduración de sus órganos bucofonatorios), pero una cosa y la otra están unidas.
Ser capaz de discriminar correctamente bolo de polo, rama de rana, besa de pesa, borro de gorro… Necesita que diferenciemos claramente esos fonemas auditivamente.

La discriminación auditiva no sólo se puede trabajar mediante los cilindros de sonido, también se puede mediante sonidos de la naturaleza previamente grabados, de la casa, de animales, de instrumentos musicales…  se puede jugar a reconocerlos diciendo el nombre, asociarlos a imágenes… (Existen bancos de sonidos en internet) otra opción es con instrumentos musicales mientras nos tapamos los ojos o son utilizados sin que los veamos, adivinando de cuál se trata.

Con niños más mayores se puede jugar a reconocer el que pedimos de 2 objetos dados (gato/pato) y que nos den el que han escuchado, jugar a bingos con fonemas, sílabas o palabras, utilizar la caja de sonidos… Ya que la discriminación auditiva también está relacionada con la lectoescritura. Pensar que a la hora de escribir, si quiero poner oreja y no oveja, tengo que saber diferenciar perfectamente cada fonema.

Es decir, está íntimamente ligada al lenguaje, tanto oral como escrito.

Nuestras dos versiones DIY son muy sencillas de realizar:

-Huevos de sonido: se realizan con los huevos que contienen la sorpresa en el “huevo Kinder”. Buscamos objetos para introducir dentro y colocamos lo mismo de 2 en 2. Es interesante poner cosas de diferentes materiales porque suena diferente y con los más mayores además podemos jugar a adivinar lo que creen que hay dentro.  Otra forma de realizarlo sería poniendo el mismo material en diferentes cantidades (es más complejo que el anterior) Hemos utilizado huevos de 2 tonalidades diferentes de amarillo, ya que si no las posibilidades de combinación confundirían a los niños. El material original contiene 6 unidades de cada, pero como nuestros niños tienen de 2 a 3 años, con idea de simplificar el número de combinaciones, sólo presentamos 3 parejas.




-Cilindros de sonido: utilizamos tubos de "Lacasitos" y seguimos el procedimiento anterior. Como van a estar al alcance de los niños, pegamos los tapes con pegamento como hacemos con las botellas sensoriales. Utilizamos botes con 2 colores de tapes.


¿Cómo sabe el niño que lo ha hecho bien? Pues porque en la parte de debajo, añadimos un dibujo que sirve de control del error para que el niño sea capaz de corregirse por sí mismo, como ya sabéis, los materiales Montessori son autocorrectivos, no necesitan a un adulto que les indique si lo han hecho bien o mal, es el propio niño el que se da cuenta de ello.


-Una tercera opción sería con los botes que tenemos para los cilindros de olor, ya que no permite que se vea por los agujeros y al poderse abrir y cerrar a rosca podría irse variando el contenido.

¿Cómo se utiliza?
Los materiales necesitan de una presentación previa para que el niño sepa cómo se utilizan. A un lado colocamos los cilindros de un color y al otro, del otro color. El niño debe ir buscando las parejas por el sonido.


¿Os animáis a hacerlo?

Laura Estremera

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