Jugando con ruedas y cajas
¿Sabíais que cuantas menos cosas haga un juguete, más cosas hará
la mente del niño?
Esta idea, intenté explicarla en este artículo titulado
¿Quién es el que juega el niño o el juguete?
"Imaginaos que le ofrecemos a un niño una ambulancia de
juguete que anda sola, tiene luces y hace sonidos sola ¿Qué es lo que tiene que
hacer el niño con ese juguete? Su papel pasa de ser activo en el juego, a
pasivo, un mero observador de un juguete, ya no es su voz la que imita la
sirena cuando él quiere, ya no es su cuerpo el que mueve la ambulancia de la
forma que se imagina en su historia… Es el juguete el que domina la situación y
precisamente es mediante el juego una manera de que los niños sean los protagonistas
de su historia."
El juguete debería ser un instrumento que permita que el
niño se construya, cree, imagine, permita que sea él mismo y disfrute.
Cuando los niños son pequeños, no debemos olvidarnos de la
importancia que cobra toda la parte sensorial, jugar con elementos naturales aporta información
que no aportan otros materiales.
Una vez los niños adquieren la función simbólica (sobre los
2 años), los niños utilizan significantes en lugar de significados y lo hacen a
través de la imitación diferida (imitar cosas que han visto y que ahora no
están presentes), las imágenes mentales, el lenguaje, el dibujo y el juego.
Estas capacidades les permiten nuevas formas de pensamiento, ya que pueden
evocar cosas ocurridas y anticipar, enfrentarse a situaciones sin tener que
actuar de manera real, sino a través del juego…
El juego simbólico, es aquel en el que los objetos
representan cosas y el niño juega “como sí” (puede ser un bombero, una mamá, un
médico…)
Cualquier objeto, gracias a la capacidad simbólica, puede
representar cualquier cosa y aquí es donde juega un papel muy importante la
imaginación, porque como he dicho al principio:
Cuantas menos cosas haga un juguete, más cosas hará la mente del niño
En clase, con los niños de 2 a 3 años, suelo tener a disposición de los niños castañas,
piñas… que tan pronto son comiditas, como están colocadas en fila, las
distribuyen en vasos o inventan mil historias. Son unas simples castañas, o
unas simples piñas, pero para ellos, son unos complementos ideales para sus
juegos.
En el patio, unos de nuestros juguetes estrella (aparte de
las motos, claro) son las ruedas (neumáticos) y les encuentran múltiples usos:
-Pueden ser motos
-Las transportan girándolas de un lado a otro
-Saltan desde ellas
-Mantienen el equilibrio subidos de pie y sentados
-Hacen filas con las ruedas que atraviesan intentando no
caerse y sin pisar en los agujeros
-Se sientan y dicen que son gallinas poniendo huevos
-Hacen “pozos” apilando unas cuantas y se meten dentro
-Juegan a que conducen coches
-Se las ponen en la cabeza y dicen que son cabezudos
¿Y unas simples cajas de fruta?
-Pueden ser coches para hacer carreras
-Unas “escaleras” (según ellos)
-cabezudos
-Las apilan para hacer grandes torres, las colocan a modo de pared…
- Cunas para las muñecas, mesitas, asientos...
He querido compartir con vosotros un ejemplo de cómo la
imaginación es maravillosa y cualquier cosa, puede cobrar vida y ser el
complemento ideal para sus juegos. ¿No creéis?
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