Mesa de estación

Esta es nuestra primer mesa de estación, bueno en sí no es una mesa, más bien es una bandeja de estación. En un principio la idea era crear una mesa de estación pero debido a la edad de los niños, a que estamos a principios de curso… Al final ha terminado siendo una bandeja sensorial de estación con diferentes elementos naturales, de esta forma, aunque es un objeto decorativo para el aula, los niños la pueden tocar y descubrir diferentes sensaciones al hacerlo. 


OTOÑO

¿Qué hemos incluido?
La base es un papel pintado con acuarela con tonos otoñales, tiene telas de diferentes colores (del otoño) y de diferentes texturas para que al tocarla perciban la suavidad de unas, lo ásperas que son otras… ramas de árbol, con corteza y sin corteza, un tarro de cristal, piedras, lana cardada, piñas, un caracol, lana normal, una rama de olivo (con olivas), una rama de pino, una mazorca de maíz…
Todo lo pequeño/ peligroso, está pegado (por si acaso se lo metiesen en la boca)


INVIERNO

Realizar la mesa de invierno me ha resultado más complicada que la de otoño. ¿Qué podía poner en la bandeja? En la zona que vivimos, el invierno es bastante similar al otoño en cuanto a vegetación, frutos... simplemente hace más frío ¿y cómo podíamos representar el frío? colocar algo que simulara nieve tampoco me parecía la solución porque en nuestra zona no nieva casi nunca y tampoco les podía ofrecer la nieve real, sino algo blanco que simulara nieve, lo que les resultaría difícil de entender...
Así que finalmente nuestra mesa de estación de invierno se caracteriza por el color (con tonos fríos) y los mismos elementos de la mesa de otoño, pero ligeramente modificados, un poco de guata, por ofrecer una textura diferente más que por simular la nieve, brillantina, ramas de pino que al ser una conífera sigue teniendo el mismo aspecto en esta estación y unas pocas verduras de invierno, concretamente coles de Bruselas y alcachofas que vamos rotando.




PRIMAVERA

Representar la primavera en una bandeja me pareció complicado ¿por qué? porque no quería colocar una "representación" de la primavera con flores artificiales, de cartulina... sino que si podíamos disponer de la propia primavera, seguro que sería mucho más enriquecedor, más concreto, con olor, con textura... el problema es que a diferencia de los elementos del otoño, los de la primavera, tienen una vida más limitada (como las alcachofas y las coles de bruselas del invierno). Por otro lado, cada curso, aunque los niños cambian, hay algo que no cambia; por el camino, los niños suelen ir recogiendo florecillas y las traen a clase, así que juntamos las dos ideas y se me ocurrió colocar un jarrón y colocar en él las flores frescas que los niños fueran trayendo, de esta forma, podríamos cuidarlas, olerlas, tocarlas, cambiarles el agua, ver como se marchitaban... A la idea se sumaron familias que tenían jardines en casa y de esta forma descubrimos nuevos nombres de flores, formas, olores, colores, texturas... Al lado de nuestro jarrón colocamos nuestros gusanos de seda (creo que son la sexta generación de gusanos que nos acompañan primavera tras primavera)




VERANO

Y llegó el verano ¿cómo podíamos representarlo?  Los niños me dieron las solución: una niña se fue de vacaciones y volvió con una caja llena de "tesoros" que había recolectado durante esos días: conchas, piedras...

 Otra trajo una pelota de playa y junto a una planta que nos llevaba acompañando todo el curso y habíamos observado su cambio a través de las estaciones y una pequeña"playa" a modo de bandeja sensorial, creamos nuestra mesa de estación.




Y vosotros ¿tenéis una mesa de estación?

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Laura Estremera